domingo, 14 de septiembre de 2008

NO A LIBERAR IRAK DE MI, Por Muhsin Al-Ramli.

No a liberar Irak de mí
Esta tinta derramada en vuestra prensa es la sangre de mi país.
Esta luz diluviada de vuestras pantallas es el brillo de los ojos en los niños de Basora.
Éste que está sollozando en la oscuridad de su exilio soy yo;
huérfano después de que hayáis matado a mis padres: Tigris y Eúfrates;
viudo después de que hubierais crucificado la pareja de mi alma: Irak
¡Por ti, tierra mía: crucificada de entre las regiones!

Ay de vosotros, señores de la guerra.
Escuchadme: No a la fiesta de los ejércitos en el tejado de mi casa.
No al verdugo que habéis plantado o al que vais a plantar.
No a vuestra libertad caída sobre las cabezas de mi gente en bombas.
No a liberar Irak de mí o a mí de él.
Yo soy Irak.

Mis hierbas son las letras y sé lo que quiero.
Dejadme a mí mismo, a mi rabel y a vuestra ausencia.
Volved a vuestras películas detrás del océano.
Dejad para mí lo que queda de los alminares,
de los mausoleos de mis ancestros, de las tumbas de mi familia...
y bebed de las copas del petróleo hasta que os saciéis.

Robad la miel del azufre y la arena del desierto.
Llevad con vosotros a vuestros clientes.
Llevaos al dictador con cada parte de vosotros que ha comprado con mi sangre.

Llevad lo que queráis y marchad,
dejadme solo con lo derribado de los sueños de mi hermana,
con el incendio de las palmeras en las orillas de Mesopotamia,
con los huesos de mi padre y el té de la merienda.

Dejadme solo con las canciones tristes del sur,
con la danza degollada del norte y con el pavo real de los Yasidíes.
Dejadme solo curando las heridas de mi tierra: Irak.
Solo... igual que María... solo con mi soledad...

Mi país: el crucificado de entre las regiones.
Sabré cómo animar su resurrección.
Sabrá cómo renacer de su ceniza.
¿Acaso habéis olvidado que él es el creador del Fénix?

Un infierno para vosotros, señores de la guerra.

Escuchadme: No asustéis a las nubes de Bagdad con vuestros aviones.
No sembréis soldados en nuestro jardín.
No quitéis la chilaba a mi madre.
No. Grito "no" a liberar Irak de mí o a mí de él.
Yo soy Irak.

Las aldeas han florecido de mi abrigo, y sé lo que quiero.
Dejadme a mí mismo, a mi familia y a vuestro olvido.

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