lunes, 18 de mayo de 2009

LOS LIBROS DE LA BUENA MEMORIA, Spinetta / Aznar / Badía & Cia.

Spinetta, Aznar, Pomo, Franov, Fontana, Epumer!!! Todos esos músicos en un programa de la televisión abierta Argentina. Un lujo que hoy en día no podríamos darnos, pero por suerte tenemos la internet! y los archivos de algunos visionarios que guardaron esto como tesoro.
Esta cancion me resulta sumamente bella y por eso la quiero compartir, pero si buscan en Youtube podrán encontrar otros temas de este mismo concierto. Debajo va la letra para seguir y deleitarse... abrazos!




El vino entivia sueños al jadear

desde su boca, de verdeado dulzor.

Y entre los libros de la buena memoria

se queda oyendo, como un ciego frente al mar.

Mi voz le llegara, mi boca también

Tal vez le confiare que eras el vestigio del futuro.

Rojas y verdes, luces del amor

prestidigitan bajo un halo de rush.

Que sombra extraña te ocultó de mi guiño

que nunca oiste la ojarasca crepitar?

Pues yo te escribiré, yo te haré llorar

Mi boca besará toda la ternura de tu acuario

Mas si la luna enrojeciera en sed

o la impalas recorrienran tu estanque.

No volverías a confiar (triunfar) en tu alma

yo sé que harias largos viajes por llegar.

Parado estoy aquí, esperandote

Todo se oscureció ya no sé si el mar descansará.

Habra crecido un tallo en el nogal

la luz habra tiznado gente sin fe.

Esta botella se ha vaciado tanbién

que ni los sueños se cobijan del rumor.

Licor no vuelvas ya, deja de reir

no es necesario más

ya se ven los tigres en la lluvia...

lunes, 4 de mayo de 2009

DEJA DE JUGAR!! Pequeño relato autobiográfico de un fotografo encabronado, by César.

Hace un par de semanas me encontraba en el hall de ingreso del Cine Club Municipal Húgo del Carril, y mientras esperaba que se inicie la venta de entradas para el show de Torax, me puse a leer la revista con la programación mensual. Se trata de ocho o tal vez diez páginas abarrotadas de información que generalmente me resulta muy atractiva y leo con gusto. Pero es evidente que leo lo que quiero, y la tesis (doxa o docta) de la "percepción selectiva" me viene como anillo al dedo:

"DEJÁ DE JUGAR, HACÉ FOTO DE VERDAD"
Así rezaba la publicidad de una escuela de fotografía de la ciudad de Córdoba. "Cursos cortos", "comienza en mayo", "fotografía digital", bla bla bla. Sentí tanta bronca y tanto dolor; fue como recibir un insulto. Si me permiten el rapto sloganero, fue un puñal en "la boca de mi estómago".

Quienes hayan recorrido aunque sea mínimamente las entradas de este blog, verán que la fotografía es de vital inportancia para mí. Lo ha sido desde siempre, lo es hoy y seguramente mañana también lo será. De hecho, apenas nací mis padres hicieron una grandísima inversión para comprar una cámara fotográfica y de esa manera poder retratarme y retratarse ellos junto a mí. Era una kodak, de esas rectangulares, largas y finitas; creo que mamá aún conserva la caja; ya ni recuerdo como se llamaría aquel modelo, pero lo importante es que me acompañó durante toda la infancia. Amaba ver los álbumes familiares: mamá y papá paseandome por la plaza de mi pueblo; las fotos de mis primeros cumpleaños; las vacaciones en Mendoza en casa del tío Daniel. Muchas de esas imágenes tomadas por el precoz fotógrafo que veinte años después se encontraría masticando la bronca frente a semejante premisa autoritaria.

Recuerdo haber llevado esa misma máquina a mi viaje de egresados, al finalizar la escuela primaria. Ya teníamos trece años, la kodak y yo. Ella ya estaba en las últimas, toda pegada con cinta para que no se cayeran las baterias; y aún así, me sirvió para retratarme junto a mis compañeros y los lobos marinos del puerto marplatense. Aquí conservo las fotos del paseo en barco, Punta Mogotes, La Perla, Mundo Marino y el Hotel Traful. Paradójicamante, la imágen mas impactante quedó sólo impresa en mis retinas; por primera vez tenía el mar frente a mis ojos, y si bien no reaccioné a tiempo para buscar la cámara, pulsé de manera instintiva el gatillo en mi cerebro y la foto quedó aqui dentro para que la pueda ver cuando yo quiera. El día que inventen un USB que se pueda conectar al cerebro la bajo a la PC y se las muestro.

El día que cumplí 14 años mis padres me compraron mi primer cámara de fotos, y a esa si la conservo, aunque ya no la use. Una de esas que llevan película de 35 mm, que si bien era muy básica, tenía el avance tecnológico que permitía programar la fecha y la hora para que luego quede impresa en la imágen. Mi relación con la fotografía florecia en los viajes, me gustaba capturar paisajes, puestas de sol y edificios exóticos. Tanto así que durante la época del colegio, mis sueños de vida profesional fluctuaban entre ser guía de turismo o fotógrafo.

Cuando estaba terminando la secundaria, en 1998 se editó por primera vez la Rolling Stone argentina, y para mí fue un flash; soñaba en ser fotografo de esa revista, la compraba todos los meses de manera religiosa y recorria una a una sus páginas como un niño a un libro de cuentos. A esa altura el Rock había entrado a mi vida, ya había descubierto a Gharly Garcia y la cosa ya se había puesto más emocionante. Tocaba la guitarra, compraba CDs, leía revistas de rock. La fotografía era objeto de mi contemplacion y fascinacion, pero ya empezaba a darme cuenta que era algo más que un papel con una imágen bonita, sino que podía estar ligada a una busqueda estética más ámplia, de la mano con otras expresiones artísticas, como por ejemplo la música. De igual manera, el rock dejaba de ser nada más que música, para ser una forma de expresión integral, donde yo podía sentirme reflejado, y que podía penetrarme desde los oídos, la vista o la piel.


De todas maneras, con mi ingreso a la universidad me dispersé lo suficiente como para ir dejando de poner energía y tiempo en la fotografía. Surgieron otros caminos y con ellos otras piedras, pero eso será motivo de otro post... La cuestión es que después de unos diez años de olvido, volví a conectarme con esta pasión. Esto fue el año pasado, cuando por primera ver tomé algunas clases de fotografía con un profesor; se trató de un curso de un mes, tan corto como intenso, que sirvió para tomar el impulso creativo suficiente como para volver a enamorarme. Finalizado el curso, llegó mi primer participación en una exposicion de fotos, mientras comenzaba a explorar el mundillo de los blogs, para poder compartir mi producción y darle otra trasendecia.

Hago fotografía para poder vivir; es para mi una manera de ser libre, de expresarme, entendiendo que ex-presar es liberar al preso; como así también una forma de conocerme y conocer a otros a través del compartir creativo. Es un espacio para el goce, para el disfrute y para mi recreación, entendiendo que re-crearme es "volver a crearme", volver a darle forma al que soy. No sin dificultades, no sin limitaciones, no sin frustraciones, como en cualquier otro ámbito de la vida.


El mensaje de aquella publicidad fue muy chocante para mi, ya que siempre he abordado la fotografía como una actividad lúdica. Porque estoy convencido que la fotografía es una manifestación artística, y como tal, puede nutrirse del juego como herramienta, como fermento o metodología. Porque el proceso creativo es como el juego de un niño, manifestación de entrega, plenitud y olvido. Porque es amoral, puesto que ninguna ley puede limitar su energía transformadora. Porque en el juego puedo experimentar la satisfacción del logro, la frustración de las limitaciónes, y la tranquilidad que genera la posibilidad de volver a intentarlo. Y por sobre todas las cosas, porque en el juego puedo experimentar el completo existir del presente, el aquí y el ahora que no se rinde ante el dolor del pasado ni ante el miedo al futuro...

No sé qué estrategia de marketing los habrá llevado a usar esa expresión tan llena de castración. Tal vez no entendí lo que ellos pretendían dar a entender; tal vez no era yo el lector esperado, ni el cliente prefigurado, pero ese "DEJA DE JUGAR" a mi me suena a "profesionalización", estandarización y mercado. Como así también, ese "HACE FOTO DE VERDAD" me resulta sumamente autoritario, como toda imposición de verdades. Evidentemente no participare de ese curso de fotografía, ya que hoy cuento con una verdad que no intento imponer a nadie exepto a mi mismo. La fotografía, es un juego.